SIVA Y SHAKTI: LA PAREJA SAGRADA DEL TANTRA
Siva y Shakti, en el Tantra, representan la esencia del principio masculino y femenino. El Yin y el Yang, plasmado en todas las manifestaciones de este Universo. La eterna danza de lo masculino y lo femenino, a través de la cuál, Dios-Padre-Madre se manifiesta y da origen al mundo.
El Tantra considera que el Universo es creado a través de esta danza de Dios, del Espíritu, consigo mismo. El Todo no manifestado, crea en un momento dado esa dualidad masculino-femenino, se divide, y es a través de su interacción como el mundo se manifiesta.
El Tantra considera el mundo, nuestra razón de estar aquí, como la reproducción de esa danza cósmica aquí en la Tierra, en la materia. Es a través de esa danza en el mundo de la materia como "se une en la Tierra lo que ya está unido en el Cielo".
En esa danza de lo masculino y lo femenino, el papel de lo masculino no es otro, según la visión del Tantra, que venerar a lo femenino, la Tierra, "El Guardián del Grial" . Dios se encarna en la Tierra para "venerarse a sí mismo", y a través de esta veneración se unen los opuestos y la conciencia del Espíritu "baja" a la materia. Toda la práctica del Tantra descansa en esta visión y toda la visión del Tantra de las relaciones hombre-mujer, de las relaciones entre los seres humanos, del ser humano consigo mismo, con la Tierra y con el comos, toda la visión sagrada y la práctica de la sexualidad, desembocan en ese mismo propósito: la fusión de lo femenino y lo masculino, interna y externamente. La conciencia de la Unidad.
Esta conciencia de la Unidad es la que puede devolvernos la cordura y la paz y llevarnos a un mundo de amor, donde la Tierra, la Diosa, sea respetada y venerada, donde el hombre y la mujer, lo masculino y lo femenino, se unan para "traer el Cielo a la Tierra".
El Tantra considera que el Universo es creado a través de esta danza de Dios, del Espíritu, consigo mismo. El Todo no manifestado, crea en un momento dado esa dualidad masculino-femenino, se divide, y es a través de su interacción como el mundo se manifiesta.
El Tantra considera el mundo, nuestra razón de estar aquí, como la reproducción de esa danza cósmica aquí en la Tierra, en la materia. Es a través de esa danza en el mundo de la materia como "se une en la Tierra lo que ya está unido en el Cielo".
En esa danza de lo masculino y lo femenino, el papel de lo masculino no es otro, según la visión del Tantra, que venerar a lo femenino, la Tierra, "El Guardián del Grial" . Dios se encarna en la Tierra para "venerarse a sí mismo", y a través de esta veneración se unen los opuestos y la conciencia del Espíritu "baja" a la materia. Toda la práctica del Tantra descansa en esta visión y toda la visión del Tantra de las relaciones hombre-mujer, de las relaciones entre los seres humanos, del ser humano consigo mismo, con la Tierra y con el comos, toda la visión sagrada y la práctica de la sexualidad, desembocan en ese mismo propósito: la fusión de lo femenino y lo masculino, interna y externamente. La conciencia de la Unidad.
Esta conciencia de la Unidad es la que puede devolvernos la cordura y la paz y llevarnos a un mundo de amor, donde la Tierra, la Diosa, sea respetada y venerada, donde el hombre y la mujer, lo masculino y lo femenino, se unan para "traer el Cielo a la Tierra".
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